En Cinofilia, al igual de lo que sucede con las demßs razas animales, debe prestarse una particular atenci≤n a la crφa, ya que constituye la base para un correcto desarrollo morfol≤gico y psicofφsico de las diversas razas caninas. Ya a finales del siglo XIV, el muchas veces nombrado Gast≤n Phebus, conde de Foix, en su cΘlebre libro sobre la caza, dedica muchas pßginas a la crφa de los perros, a su alimentaci≤n, al cuidado, a la higiene, a la limpieza, subrayando que las cualidades naturales de un perro (en este caso venatorias) dependen tanto de su genealogφa como de la manera de tratarlo y mantenerlo.
ELECCION DE LOS REPRODUCTORES
Gran importancia para el desarrollo de las razas caninas debe dßrsele a la elecci≤n de los reproductores (machos y hembras), a travΘs de un profundo conocimiento de los mismos y de una correcta lectura de los pedigrees correspondientes, todo lo cual debe ir, obviamente, acompa±ado con un amplio saber de aquellos elementos necesarios y ·tiles que en ese momento es preciso tener en cuenta, para no incurrir en errores difφcilmente remediables. Leer un pedigree no s≤lo quiere decir conocer los antepasados de un determinado macho o determinada hembra, sino tambiΘn, y fundamentalmente, tener informaci≤n sobre las cualidades de los diversos ejemplares que componen todo el ßrbol geneal≤gico de los dos reproductores, los resultados de sus Θxitos en exposiciones o pruebas de trabajo y sus caracterφsticas durante la crφa. Por tanto, deben descartarse los reproductores (machos y hembras, obviamente) notorios portadores de taras o defectos, como aquellos tipos de sangre que han creado dificultades en la crφa (defectos fφsicos, problemas en la lactancia, insuficiente tipicidad, etc.). Una vez decidida la elecci≤n, siempre es conveniente cerciorarse de que los dos perros que van a aparearse gocen de buena salud, que no presenten formas parasitarias u otras enfermedades infecciosas que podrφan pesar negativamente en el Θxito del embarazo y de la camada.
ACOPLAMIENTO
Sobre la edad mßs indicada para el primer acoplamiento de un perro, Θsta varφa de raza en raza, y, sobre todo, para los machos deber llevarse a cabo s≤lo cuando el perro ha alcanzado su completo desarrollo corporal, que resulta mßs precoz en las razas peque±as y medianas, y mßs lento en las de gran tama±o. En lo relativo a las hembras, por el contrario, es siempre conveniente esperar al segundo o tercer celo, es decir, cuando el aparato genital ha llegado a su desarrollo total y completo. Por tanto, cuando se presenta el primer celo, aproximadamente a la edad de nueve meses, para luego retirarse generalmente con una cadencia semestral, el acoplamiento podrß efectuarse entre el decimoquinto y el vigesimoprimer mes. Siempre resulta una buena norma, si es posible, acoplar a los perros hacia el final del invierno, de modo que los cachorros nazcan en primavera, lo que hace posible que su primer crecimiento se lleve a cabo durante los meses mßs calurosos y soleados. Determinada, por tanto, la elecci≤n de los reproductores y el perφodo de nacimiento de los cachorros, se proceder al acoplamiento que, normalmente, puede producirse entre el octavo y el noveno dφa del comienzo del celo, hasta el decimotercero o decimocuarto. A veces, si la ovulaci≤n no es completa, la hembra no acepta al macho y, por tanto, no es conveniente insistir, sino esperar a que el acoplamiento se realice de manera espontßnea, sin forzarlo. Siempre resulta ·til y conveniente -si, obviamente, se tiene la posibilidad- repetir el acoplamiento, con un intervalo de uno o dos dφas, para estar seguros de que se ha producido la fecundaci≤n.
EMBARAZO
En las razas caninas, el embarazo dura, aproximadamente, dos meses (normalmente puede variar entre los 59 y los 63 dφas), teniendo en cuenta que las perras que estßn en su primera gestaci≤n, generalmente, dan a luz hacia comienzos de tal plazo, en cambio, las que ya han tenido cachorros repetidas veces, en ocasiones superan en varios dφas y sin inconvenientes, el tΘrmino mßximo establecido. Es conveniente que durante todo el embarazo, la perra se mantenga en un ambiente tranquilo, seco y limpio, poniendo, al mismo tiempo, una especial atenci≤n en la alimentaci≤n, que serß lo mßs equilibrada posible, subdividiendo, al tΘrmino de la gestaci≤n, la comida diaria en varias raciones.
Es preciso, sin embargo, tener mucho cuidado en no sobrealimentar a la perra embarazada, lo que puede provocar manifestaciones de ninfomanφa o atonφa del tubo genital. Otro gran error consiste en suministrarle a la perra dosis excesivas de compuestos a base de calcio, con la intenci≤n de facilitar el proceso de calcificaci≤n de los huesos de los cachorros. En efecto, las necesidades en calcio son muy elevadas en el feto, pero es la propia perra quien, a travΘs de una adecuada alimentaci≤n, procura las cantidades indispensables. Un suministro excesivamente abundante de calcio puede causar notables dificultades durante el parto. Es conveniente que durante todo el perφodo de gestaci≤n y lactancia no se cambie a la perra de lugar, ni tampoco que se le aproximen personas extra±as, para evitar in·tiles motivos de agitaci≤n.
PARTO Y LACTANCIA
La proximidad del parto se advierte con el descenso de la temperatura corporal de la perra, que generalmente tambiΘn presenta signos de inquietud y desasosiego, e incluso con la presencia del calostro en las mamas. El parto se lleva a cabo, casi siempre, naturalmente y, en este momento particular, la perra debe dejarse lo mßs tranquila posible, teniΘndola, no obstante, siempre bajo control evitando intervenir con ayudas manuales, si no se es muy experto, y recurriendo a un veterinario en caso de necesidad. Normalmente, es la propia perra quien realiza el corte del cord≤n umbilical y procede a la apertura de la placenta, manteniendo constantemente limpios tanto a los cachorros como la perrera. El n·mero de cachorros por camada varφa de raza en raza y, con frecuencia, de ejemplar en ejemplar. Generalmente, una perra con buena salud y bien alimentada, amamanta perfectamente a sus cachorros aunque sean numerosos. Sin embargo, en ocasiones es conveniente, sobre todo cuando la cantidad de leche resulta insuficiente, recurrir a nodrizas o amamantar artificialmente a los cachorros (aunque esta tΘcnica presenta enormes dificultades y, en la mayorφa de los casos, es insuficiente), o realizar, por ·ltimo, una selecci≤n, excluyendo a los ejemplares mßs peque±os y deficientes que, por otra parte, a veces, incluso, se eliminan naturalmente.
DESTETE
Si la perra tiene suficiente leche y si la camada no es demasiado numerosa, siempre constituye una buena norma comenzar el destete lo mßs tarde posible, ya que el cachorro recibe de la madre el mejor alimento, el mßs sano y equilibrado. Por tanto, el comienzo del destete, que representa una de las fases mßs difφciles y delicadas de la crφa de las razas caninas, varφa de camada en camada, en relaci≤n, naturalmente, al estado de salud de la perra, a la cantidad de leche que produce, al n·mero de cachorros, e incluso al tama±o de la propia raza. El destete se inicia con el suministro del alimento (homogeneizados, carne cruda) en peque±as dosis, que se van aumentando gradualmente y alternando regularmente las comidas con la lactancia materna, dejando, de todos modos, siempre a la madre con los cachorros durante las horas nocturnas En esta fase tambiΘn se nota la progresiva separaci≤n de la madre de sus peque±os, completßndose el destete entre el 40.║ y el 60.║ dφa de edad de los cachorros, es decir, cuando Θstos estßn en condiciones de unirse a sus nuevos propietarios Durante todo el perφodo de destete es siempre conveniente suministrarle a los cachorros complejos mineral-vitamφnicos, con el fin de garantizar un correcto y completo desarrollo de su estructura y de su esqueleto. Resulta, por otra parte, de gran importancia intervenir, de manera oportuna, contra los parßsitos intestinales de los cachorros que, si no se combaten a tiempo, debilitan al perro de una manera irreparable.
CRECIMIENTO
Una vez determinado el destete, la vida del perro depende exclusivamente del propietario. Es, por tanto, necesario prestarle particular atenci≤n, principalmente a la alimentaci≤n, que debe suministrarse a intervalos lo mßs regulares posibles. El n·mero de comidas decrece a medida que la edad avanza, hasta llegar a una sola al dφa cuando el perro estß completamente desarrollado y maduro.
TambiΘn es preciso cuidar de la salud del perro (ver capφtulos siguientes), asegurßndole al animal espacio suficiente donde moverse a gusto, de modo que pueda alcanzar, de maneras correcta y armoniosa, el desarrollo de la estructura y de la masa muscular.
La elecci≤n de los reproductores es, de por sφ, garantφa de tipicidad y de carßcter, pero la correcta crφa es la que asegura un equilibrado desarrollo corporal, teniendo en cuenta, ademßs, que un perro bien alimentado, mantenido en un lugar limpio y cuidado con esmero, estß siempre menos expuesto a enfermedades y trastornos.
ALIMENTACION
Para mantener al perro con buena salud, como cualquier otro ser viviente, es indispensable una adecuada alimentaci≤n.
El alimento debe ser muy simple pero sustancioso. Aunque la base de la dieta estΘ constituida por la carne, es siempre conveniente variar el men· con el agregado de arroz hervido, verduras cocidas, pan sentado o duro, e incluso pescado, teniendo, en este caso la precauci≤n de quitar las espinas grandes, una vez hervido. Nunca estß de mßs recordar que el correcto desarrollo del perro depende de la dieta y los cuidados que recibe de sus amos. Si el animal no comiera, los motivos pueden ser dos: o que la mezcla alimenticia no es de su agrado o que no se encuentra en buenas condiciones de salud. De cualquier modo, no es preciso obligarlo: se corre el riesgo de viciarlo e incluso de lesionarlo.
La cantidad diaria de comida varφa seg·n la raza, la edad y el tama±o del ejemplar. Es preciso, ademßs, hacer una distinci≤n entre los perros que llevan una vida sedentaria y los que tienen la posibilidad de correr y gastar mucha energφa. A tφtulo indicativo, un pastor alemßn en condiciones de reposo tiene unas necesidades de, aproximadamente, 2.000 kcal., contra las 7.800 de un perro de la misma raza que realiza un trabajo duro. Por ·ltimo, es preciso que el bebedero con agua fresca estΘ siempre a su disposici≤n.
